domingo, 16 de noviembre de 2008

Hiperactividad y otros temas

Ya nuestros encuentros presenciales casi están terminando, vamos cerrando los acuerdos pedagógicos para el final y debemos ir organizando nuestro tiempo de estudioa para las integraciones finales.
Pero también es bueno ir previendo en qué nos vamos a ocupar en nuestras vacaciones. Hoy te alcanzo una sola sugerencia: no dejes de programar alguna lectura que te guste. Y ya que hemos comenzado a usar este recurso tecnológico, te dejo una págimna para visitar con tiempo con el verano y ¡no te pierdas en ella la "biografía escolar" del nadador que arrasó con las medallas en los últimos juegos olímpicos!.
La encontrarás en http://intcafed.blogspot.com/ en la parte referente a familia y educación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nos hemos encontrado en esta página, con un ejemplo más de lo que en la clase tratamos de hacer reflexionar a nuestras compañeras, y que por suerte logramos. Esto de pensar en que los chicos están rodeados de miles de cosas que afectan su aprendizaje, llámense factores sociales, económicos, familiares; docentes que no se hacen cargo de que muchas veces son ellos los que deben autoanalizar sus clases, sus maneras de enseñar, que sabemos que hay muchas y que solo debemos tomarnos un segundo para pensar ¿cómo? ¿de qué manera? ¿a quién puedo acudir para que me ayude?, siempre puede haber alguien mas que nos pueda ayudar, no tenemos que ser siempre nosotros los que tengamos las respuestas, muchas veces están muy cerca solo hay que prestar atención y saber pedir ayuda, que no está mal sino que nos enriquece.
Siempre, antes de bajar los brazos, cosa que nos parece poco profesional y ético, debemos que buscar esas alternativas. Aunque nos cueste la clase.
Es muy fácil tildar a los chicos de ”…”, y no hacerse cargo, ni el docente, ni la escuela, ni la sociedad, ni nadie; parece mas fácil deshacernos de “ese” problema, correrlo de lugar, mirar hacia otro lado, y seguir con el que SI puede SOLO, y olvidarnos de ese que NO puede SOLO.
De esta manera solo fomentamos y alimentamos la realidad que hoy en día vivimos. Es mucho más costoso, laborioso, y requiere de mucho mas esfuerzo, pero debemos detenernos a pensar de qué manera podemos cambiar esto que nos pasa hoy. No olvidarnos de que el que aprende no es un ser inerte y totalmente pasivo, que solo recibe información, sino que es un sujeto que necesita muchas veces de otras cosas para poder aprender y no sentirse mal por no hacerlo. Hay que evitar las múltiples consecuencias.

Guillermina Cinqualbres - Priscila Pizarro - Silvina Suñé

Unknown dijo...

Perfil de un niño hiperactivo
Según Still, estos niños son especialmente problemáticos, poseen un espíritu destructivo, son insensibles a los castigos, inquietos y nerviosos. También son niños difíciles de educar, ya que pocas veces pueden mantener durante mucho tiempo la atención puesta en algo, con lo que suelen tener problemas de rendimiento escolar a pesar de tener un cociente intelectual normal. Son muy impulsivos y desobedientes, no suelen hacer lo que sus padres o maestros les indican, o incluso hacen lo contrario de lo que se les dice. Son muy tercos y obstinados, a la vez que tienen un umbral muy bajo de tolerancia a las frustraciones, con lo que insisten mucho hasta lograr lo que desean. Esto junto sus estados de ánimos bruscos e intensos, su temperamento impulsivo y fácilmente excitable, hace que creen frecuentes tensiones en casa o en el colegio. En general son niños incapaces de estarse quietos en los momentos que es necesario que lo estén. Un niño que se mueva mucho a la hora del recreo y en momentos de juego, es normal. A estos niños lo que les ocurre es que no se están quietos en clase o en otras tareas concretas.


Los indicadores de hiperactividad según la edad del niño
- De 0 a 2 años: Descargas mío clónicas durante el sueño, problemas en el ritmo del sueño y durante la comida, períodos cortos de sueño y despertar sobresaltado, resistencia a los cuidados habituales, reactividad elevada a los estímulos auditivos e irritabilidad.
- De 2 a 3 años: Inmadurez en el lenguaje expresivo, actividad motora excesiva, escasa conciencia de peligro y propensión a sufrir numerosos accidentes.
- De 4 a 5 años: Problemas de adaptación social, desobediencia y dificultades en el seguimiento de normas.
- A partir de 6 años: Impulsividad, déficit de atención, fracaso escolar, comportamientos antisociales y problemas de adaptación social.


Causas de la hiperactividad infantil
La hiperactividad infantil es bastante frecuente, calculándose que afecta aproximadamente a un 3% de los niños menores de siete años y es más común en niños que en niñas (hay 4 niños por cada niña). En el año 1914 el doctor Tredgold argumentó que podría ser causado por una disfunción cerebral mínima, una encefalitis letárgica en la cual queda afectada el área del comportamiento, de ahí la consecuente hipercinesia compensatoria; explosividad en la actividad voluntaria, impulsividad orgánica e incapacidad de estarse quietos. Posteriormente en el 1937 C. Bradley descubre los efectos terapéuticos de las anfetaminas en los niños hiperactivos. Basándose en la teoría anterior, les administraba medicaciones estimulantes del cerebro (como la benzedrina), observándose una notable mejoría de los síntomas.


Síntomas en un niño hiperactivo
Los síntomas pueden ser clasificados según el déficit de atención, hiperactividad e impulsividad:
- Dificultad para resistir a la distracción.
- Dificultad para mantener la atención en una tarea larga.
- Dificultad para atender selectivamente.
- Dificultad para explorar estímulos complejos de una manera ordenada.
- Actividad motora excesiva o inapropiada.
- Dificultad para acabar tareas ya empezadas.
- Dificultad para mantenerse sentados y/o quietos en una silla.
- Presencia de conductas disruptivas (con carácter destructivo).
- Incapacidad para inhibir conductas: dicen siempre lo que piensan, no se reprimen.
- Incapacidad para aplazar las cosas gratificantes: no pueden dejar de hacer las cosas que les gusta en primer lugar y aplazan todo lo que pueden los deberes y obligaciones. Siempre acaban haciendo primero aquello que quieren.
- Impulsividad cognitiva: precipitación, incluso a nivel de pensamiento. En los juegos es fácil ganarles por este motivo, pues no piensan las cosas dos veces antes de actuar, no prevén, e incluso contestan a las preguntas antes de que se formulen.


Consecuencias en la familia con un niño hiperactivo
Los padres suelen definir a un hijo hiperactivo como inmaduro, maleducado y gamberro. Sus comportamientos generan conflictos en la familia, desaprobación y rechazo. Son irritantes y frustrantes en cuanto al éxito educativo de los padres, y algunos niños tienden al aislamiento social. Este trastorno ya se detecta antes de los 7 años y unos tienen síntomas más graves que otros. Una cosa que hay que tener en cuenta, es que si los padres riñen exageradamente al niño hiperactivo, pueden estar fomentando un déficit de autoestima por su parte (sobretodo si lo critican por todo lo que hace) y realimentan el trastorno, ya que el pequeño acabará por no esforzarse por portarse bien, pues verá que siempre acaban riñéndole haga lo que haga.


Tratamiento de la hiperactividad
El tratamiento depende de cada caso individual.
El tratamiento farmacológico es a base de estimulantes para ayudar a que el niño pueda concentrarse mejor, y sedantes en el caso de que el niño muestre rasgos sicóticos.
El tratamiento psicoterapéutico está destinado a mejorar el ambiente familiar y escolar, favoreciendo una mejor integración del niño a la vez que se le aplican técnicas de modificación de conducta.
El tratamiento cognitivo o autoconstrucciones, se basa en el planteamiento de la realización de tareas, donde el niño aprende a planificar sus actos y mejora su lenguaje interno. A partir de los 7 años el lenguaje interno asume un papel de autorregulación, que estos niños no tienen tan desarrollado. Para la realización de cualquier tarea se le enseña a valorar primero todas las posibilidades de la misma, a concentrarse y a comprobar los resultados parciales y globales una vez finalizada.


fuente:http://www.guiainfantil.com/salud/cuidadosespeciales/la_hiperactividad.htm

CAmIlA VaSquez!

Anónimo dijo...

HIPERACTIVIDAD
¿Qué es?

Comencemos por definir lo que es la hiperactividad o lo que es más exacto de qué hablamos cuando se diagnostica a un niño de déficit de atención con hiperactividad. Para que nos entendamos, esto quiere decir que es un niño muy inquieto y al que le falta la atención de una forma muy llamativa.

La hiperactividad de los niños es considerada como normal, cuando se produce dentro de una etapa de la vida infantil alrededor de los dos o tres años. El que un niño sea inquieto no tiene nada que ver con la sintomatología que vamos a abordar en esta información. La falta de atención y la inquietud constante en el niño son síntomas que, por lo general, los padres comentan primero al médico de atención primaria, con frecuencia alertados por los profesores y educadores.

Este trastorno ha recibido muchos nombres en el pasado, daño o disfunción cerebral mínima, hiperkinesia, hiperactividad y déficit de atención. Pero en realidad todo ello engloba una alteración importante de la atención que, muy a menudo, se da con una extrema actividad en el niño.

El porcentaje de niños con este problema se estima entre el 3 y el 5%, entre los niños en edad escolar, siendo seis veces más frecuente en los varones.

TRASTORNOS ASOCIADOS

Además, aproximadamente, el 40% de los niños con este trastorno tienen dificultades en el aprendizaje, lo que motiva, si no es tratado adecuadamente, el abandono de los estudios en la adolescencia. Y casi el 50% de estos niños tienen asociada alguna alteración psiquiátrica, sobretodo problemas de ansiedad, con rabietas y miedos o depresión y baja autoestima, en un 20% de los casos, también trastorno de oposición en un 25% y todo tipo de trastornos de conducta. La baja autoestima, está presente al menos en un 25%. Presentan también mayor riesgo de presentar conductas antisociales en la adolescencia, especialmente si se da en familias de riesgo (abuso de drogas, alcoholismo, violencia).

Aunque la sintomatología mejora notablemente con la edad, los síntomas pueden persistir en la edad adulta, hasta en un 40 a 60% de los casos.

Causa

Existen factores biológicos y genéticos. Entre los no genéticos podemos hablar de complicaciones prenatales, perinatales y postnatales.

Se sabe que predispone a padecer el trastorno el consumo materno de alcohol y drogas, incluso de tabaco. También influye el bajo peso al nacer, la anoxia, lesiones cerebrales, etc. Los factores ambientales pueden contribuir a su desarrollo aunque no hablaríamos en este caso de etiología pura. Las psicopatologías paternas, el bajo nivel económico, la marginalidad, el estrés familiar, en fin, un entorno inestable podría agravar el trastorno.

Por otra parte desde el punto de vista genético, todos los estudios inciden en que la existencia del mismo trastorno en hermanos es de un 17 a un 41%. En cuanto a gemelos univitelinos el porcentaje de trastorno común es hasta del 80%. Si el padre o la madre ha padecido el síndrome sus hijos tienen un riesgo del 44% de heredarlo.

Parece que existe una disfunción del lóbulo frontal y por otra parte desde el punto de vista neuroquímico existe una deficiencia en la producción de importantes neurotransmisores cerebrales. Los neurotransmisores son sustancias químicas que producen las neuronas, es decir las células nerviosas. Para que se produzca una buena comunicación entre las neuronas y todo funcione normalmente debe existir la cantidad adecuada de determinados neurotransmisores que en este caso son la dopamina y la noradrenalina. En el niño con TDAH existe una producción irregular en estos dos neurotransmisores y, por ello, la medicación que se les da está orientada a regularizar la producción de esas sustancias.

Con los adelantos científicos actuales es posible visualizar el funcionamiento del cerebro por PET (tomografía por emisión de positrones) en la que se ven dos cerebros.

Diagnóstico

Empezaremos por ponerle un nombre que es el que se utiliza en la actualidad. Se le denomina, trastorno por déficit de atención con hiperactividad aunque también existen tipos de trastornos de atención sin que se evidencie un exceso de actividad.

Antes de enumerar los síntomas, tal y como han sido descritos por la sociedad americana de psiquiatría, para considerar el trastorno como tal, hablaremos de cómo son estos niños para sus padres: en principio y como regla general, son niños cuyas madres siempre suelen estar "al borde del ataque de nervios". Son niños que desde que nacen no duermen bien o lloran, o son espabiladísimos y enseguida se levantaban de la cuna. Parecen muy inteligentes porque suelen hablar mucho y con desparpajo, y aparentemente su desarrollo ha sido normal. Simplemente es un niño insufrible al que no podemos llevar a ningún lado, agota a todo el mundo, desquicia a la familia y no para quieto ni un minuto.

Cuando empieza la etapa escolar comienzan los fracasos. Los maestros se percatan de que no presta la más mínima atención, hasta el punto de que a veces son enviados al otorrino para realizar una audiometría porque parece estar "sordo".

Pasamos ahora a enumerar los síntomas que deben darse, como mínimo 6 de ellos, y que están enumerados en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales de la sociedad americana de psiquiatría: DSM IV.


Síntomas de desatención

*A menudo no presta atención a los detalles, tiene errores por descuido y el trabajo escolar suele ser sucio y desordenado.
*Tiene dificultades para mantener la atención, incluso en los juegos.
*A menudo, parece no escuchar cuando se le habla directamente, parece tener la mente en otro lugar o como si no oyera.
*No finaliza tareas escolares, pasa de una actividad a otra sin terminar la anterior. No sigue instrucciones ni órdenes.
*Dificultad para organizar tareas y actividades.
*Evitan situaciones que exigen una dedicación personal y concentración.
*A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades y suelen tratarlos sin cuidado.
*Se distraen con facilidad ante estímulos irrelevantes, pueden dejar las tareas que están haciendo para atender ruidos o hechos triviales que son ignorados por los demás.
*Son olvidadizos en sus tareas cotidianas ( olvidan el bocadillo, los deberes, la hora del partido, etc.)
Bien hemos visto los criterios que se consideran para tener un grave problema de atención, veamos ahora los síntomas de la hiperactividad e impulsividad que coexiste con la falta de atención la mayor parte de las veces.


Síntomas de hiperactividad

*Suele mover en exceso manos y pies y se retuerce en su asiento.
*A menudo abandona su asiento en clase o no es capaz de estar sentado cuando debe.
*Corre o salta en situaciones en las que resulta inadecuado hacerlo.
*Experimenta dificultades para jugar tranquilamente o dedicarse a actividades de ocio.
*Parece estar siempre en marcha, como si tuviera un "motor".
*A menudo habla excesivamente.
*Dan respuestas precipitadas, antes de que las preguntas se acaben de formular.
*Puede tener dificultades para aguardar su turno en cualquier situación.
*También suele entrometerse o entorpecer los asuntos de los demás, tocan cosas que no deben, hacen payasadas.
Según el DSM IV existen varios subtipos de TDAH, según predomine la desatención o la hiperactividad:

~ Tipo predominantemente COMBINADO: Cumple los criterios de atención y de hiperactividad.

~ Tipo predominantemente HIPERACTIVO: Cumple los criterios de hiperactividad pero no llega a los necesarios de falta de atención.

~ Tipo predominantemente DE ATENCIÓN: Cumple al menos seis de los criterios de déficit de atención, pero no los de hiperactividad.


El más común es el combinado y, en las niñas, parece predominar el de inatención.


En los tipos combinados, la hiperactividad e impulsividad hacen que, con bastante frecuencia, sufran accidentes, puesto que no son capaces de calibrar los peligros de sus acciones.

Esta falta de atención y exceso de actividad suelen producir también problemas graves en el aprendizaje, aunque su capacidad intelectual sea normal o superior, y precisamente ese fracaso escolar, suele ser el principal motivo por el que acuden a consulta.


Veamos ahora algunos de los síntomas que presentan en la evaluación de su aprendizaje.


Síntomas de dificultades de aprendizaje

*Variabilidad. Son niños que tienen amplias variaciones en sus respuestas, son los típicos niños de los que se dice "puede hacerlo porque ayer realizó perfectamente esa tarea, cuando hoy es un desastre".
*Retraso psicomotor, que varía desde la simple torpeza motriz hasta "dispraxias" importantes, es decir problemas en las nociones de su esquema corporal, del tiempo y del espacio. Dificultades que se agudizan cuando tiene que realizar algo con ritmo.
*Trastorno del lenguaje de tipo expresivo, con vocabulario limitado y dificultades a la hora de expresarse. Problemas en el área de lectura. Dislexia.
*Dificultades en la grafía, en la escritura: disgrafía y disortografía, porque existe una deficiente coordinación entre lo que ve y el movimiento manual, es decir, suelen presentar incordinacion visomotriz. Su escritura es torpe, con tachones, desordenada, su ortografía con múltiples faltas y confusiones.
Es evidente que, con todos estos trastornos, son niños que también presentan problemas emocionales. No es raro que tengan un comportamiento social indiscreto, sin freno, y molesto. Este descontrol, casi constante, genera desconfianza e irritación en padres y maestros, así como rechazo de los hermanos y compañeros… lo que hace que pueda ser un niño aislado.


Veamos ahora las características personales que presenta y que pueden ayudarnos a seguir clarificando este síndrome.


Síntomas personales

*Emotividad muy variable, cambian frecuentemente de humor, pueden pasar de la risa al llanto con cierta facilidad;son explosivos, de rabietas constantes.
*centuados sentimientos de frustración, baja tolerancia ante los problemas. Insiste una y otra vez en que se realicen sus peticiones.
*Problemas de relación con los compañeros. Desadaptación social.
*Problemas de ansiedad, agresividad, oposición, disconformidad.
*Algunos de ellos presentan enuresis (pis nocturno).
Bien, una vez descritas las características que pueden presentar, aunque evidentemente no todos los niños tienen todas las alteraciones, se puede comprender perfectamente que sean niños que suelen ser el punto central de las discusiones familiares, puesto que son niños que "desquician" fácilmente y no siempre se sabe como tratarlos, por lo que se producen constantes enfrentamientos en la familia.


La falta de atención que pone en tareas que requieren un esfuerzo suele interpretarse como pereza y además en ocasiones podemos encontrarnos con niños que tienen el trastorno, pero que son capaces de estar sin síntomas en una situación nueva, cuando existe mucho control, o ante actividades muy interesantes (como los videojuegos), lo que hace que sus padres piensen que el comportamiento anómalo es voluntario y esto complica aún más el problema. Estos padres no saben que existe una importante deficiencia del autocontrol, que tiene base neurobiológica, como ya hemos visto anteriormente.


Hay pues que armarse de paciencia y saber que el trastorno, que es acusadísimo en la primera parte de la infancia, suele ir mejorando con la edad, aunque existen aún alteraciones en la vida adulta, casi en una tercera parte de los casos.

Como ya hemos dicho, en la población infantil aproximadamente cinco de cada cien niños presentan este trastorno, aunque desgraciadamente la mayoría no son diagnosticados, y por ello se les trata como niños torpes, maleducados, consentidos, o simplemente caracteriales. Se les clasifica como niños con problemas de conducta , cuando en realidad son niños que necesitan un tratamiento especial y, sobretodo y principalmente, un diagnóstico adecuado que arroje a padres y profesores una luz para que estos niños se sientan menos culpables de su falta de control.


¿Quiénes deben realizar el diagnóstico y cómo tratarlo? En principio, el diagnóstico y el tratamiento deben ser multidisciplinar. El examen de un psicólogo, y de un psiquiatra o neurólogo es imprescindible, porque las áreas que estos profesionales abarcan son básicas para reeducar un síndrome de déficit de atención con hiperactividad.


Tratamientos


A) Farmacológico:

El tratamiento pues, puede ser farmacológico y de orientación psicológica, con la finalidad de conseguir una reducción de la hiperactividad y un tratamiento adecuado para modificar las conductas impulsivas e incrementar la atención. El tratamiento farmacológico que debe prescribir un neurólogo o psiquiatra, quién esté usando con éstos niños diferentes medicamentos, los cuales facilitan la acción de la dopamina y de la noradrenalina (los dos neurotransmisores implicados en el trastorno) y por ello actúan de inmediato.

Cerca de un 20% de los niños pueden dejar la medicación al cabo de un año, puesto que además se supone que se ha trabajado con ellos desde el plano psicológico.


B) Tratamiento psicopedagógico


Tiene tres grandes frentes, que deben conocerse perfectamente para poder trabajar sobre las diferentes áreas y conductas.

FAMILIA - PROFESOR - TERAPEUTA


Veamos las pautas que un niño con TDHA necesita en la familia.

Pautas FAMILIARES para un niño con TDHA

La familia deberá :

*Tener normas claras y bien definidas.
*Dar órdenes cortas y de una en una.
*Propiciar un ambiente ordenado y muy organizado, sereno y sin gritos.
*Reconocer el esfuerzo realizado por el niño. Aumentar su autoestima.
*Evitar ser superprotectora y no dejarse manipular por sus caprichos.
*Cumplir siempre los castigos y las recompensas ante sus acciones.
*Darle pequeñas responsabilidades.
*Aceptarle tal y como es.
*Saber que el trabajo es mucho y que se necesita mucha constancia.
*Fomentar sus puntos fuertes, sus facultades.

Pautas ESCOLARES para un niño con TDHA

El profesor deberá :

*Ser un profesor que comprenda y asimile el trastorno del niño, que se informe sobre él.
*Sentarle en el lugar adecuado, lejos de estímulos, enfrente de él, entre niños tranquilos.
*Darle órdenes simples y breves. Establecer contacto visual con el niño.
*Darle encargos una vez que haya realizado el anterior, no dejar que deje las cosas a medio hacer.
*No se le puede exigir todo a la vez, se debe desmenuzar la conducta a modificar en pequeños pasos y reforzar cada uno de ellos: si comienza por acabar las tareas, se le felicita para conseguirlo, luego que lo intente con buena letra y se valorará, más tarde que el contenido sea también correcto. Pedirle todo a la vez, le desmotivará porque no puede realizarlo.
*Alternar el trabajo de pupitre con otras actividades que le permitan levantarse y moverse un poco.
*Enseñarle y obligarle a mantener el orden en su mesa.
*Hacer concesiones especiales, darle más tiempo en los exámenes, indicarle cuando se está equivocando por un descuido, o facilitarles un examen oral de vez en cuando para que descanse de la escritura, etc.
*Darle ánimos continuamente, una palmada en el hombro, una sonrisa ante cualquier esfuerzo que presenta, por pequeño que sea. Premiar las conductas positivas es imprescindible, haber atendido, levantar la mano en clase, intentar buena letra, o contestar sin equivocarse son conductas a reforzar en el niño hiperactivo, dicho refuerzo puede ser con privilegios de clase (borrar la pizarra, repartir el material, hacer recados, lo que además le permite moverse que es lo que necesita), o bien dedicarle una atención especial, reconocimiento o halago público: comentarios positivos en alto, o en privado a otro profesor para que lo oiga el niño, notas para casa destacando aspectos positivos, una felicitación de la clase, un trabajo en el corcho, etc...
*Evitar humillarle o contestarle en los mismos términos. Evitar insistir siempre sobre todo lo que hace mal.
*Tener entrevistas frecuentes con los padres para seguir su evolución.
Pautas TERAPEÚTICAS para un niño con TDHA

El terapeuta deberá:

*Orientar a los padres acerca del trastorno que padece su hijo.
*Darles pautas de conducta y actuación con su hijo.
*Reeducar las dificultades de aprendizaje asociadas (dislexias, falta de memoria, discalculalias, disgrafías, etc)
*Entrenarle en la resolución de problemas.
*Entrenarle en habilidades sociales puesto que suele presentar problemas con los demás.
*Entrenarle en técnicas de relajación.
En general estos niños solo necesitan que seamos conscientes de sus dificultades, de sus limitaciones, que sepamos, ya que el déficit de atención con hiperactividad es una entidad propia, con la sintomatología que acabamos de describir y, sobre la que aún, se están publicando contínuos estudios, puesto que aún nos queda mucho por descubrir acerca de sus bases biológicas, la influencia del entorno y las posibilidades terapéuticas, pero creo que lo fundamental es que se reconozca el síndrome como tal.

Las familias que suelen estar desorientadas al principio, deben observar sin alarmismos innecesarios el comportamiento de su hijo, si les preocupa realmente, y realizar un diagnóstico precoz que facilitará el tratamiento posterior. Para ello, existe una asociación de reciente creación que puede orientar y poner en contacto a las distintas familias que de esta forma se sienten más comprendidas y escuchadas y desde luego, menos solas.

Fuente: http://www.psicopedagogia.com

Antonella Orfanelli