domingo, 7 de septiembre de 2008

Preparando la exposición oral

En esta segunda parte del año trabajaremos en pequeños grupos la preparación de un tema a elección. Ese tema lo van a exponer ante todo el curso y así avanzaremos en el proceso de evaluación de nuestra oralidad. Pensamos que es una forma adecuada para prepararnos mejor y así aprobar exitosamente el examen final oral ante la mesa evaluadora.
Mientras preparan la exposición es importante atender a la forma de seleccionar y ordenar los contenidos a exponer. Sumergirse en los textos sugeridos, relacionarlos, buscar las profundidades, marcarlos, transformarlos creativamente, anclarlos en nuestros conocimientos previos, son algunos de los ejercicios que van a realizar. En esta entrada les sugiero algunos aspectos a tener en cuenta.
Cuando nos acercamos por primera vez a un texto es bueno hacernos algunas preguntas previas:
1) ¿Qué tipo de texto es? ¿Un libro, el fragmento de un libro, un artículo científico o periodístico; una nota de opinión, etc.?. Si no lo identificamos es necesario averiguarlo.
2) ¿Quién es su autor? ¿Cuándo ha sido escrito? ¿Tiene algún público destinatario especial?
3) ¿Tiene títulos, subtítulos, una estructura?
4) ¿Qué contenidos ya conocidos por mí puedo relacionar con los temas que trata el texto? ¿Cómo hemos tratado este tema en otros espacios curriculares este año?
En los textos de estudio, por lo general, el título nos orienta hacia los núcleos conceptuales del capítulo, es decir, nos brindan una clave de comprensión. Guiados por esa idea clave comenzamos a leer el texto, y es probable que encontremos términos cuyo significado desconocemos. No es una buena práctica parar la lectura y buscar en el diccionario inmediatamente. Es conveniente marcar el término y continuar la lectura. Esto es por razones prácticas: suele suceder que ese término esté explicado a continuación o más adelante en el texto. Además si paramos ante cada término desconocido, es muy probable que perdamos de vista los contenidos más importantes.
Hay otro obstáculo frecuente para un buen proceso de lectura: es la costumbre de verbalizar mientras se lee, es decir, repetir palabra por palabra, ya sea en voz alta o moviendo los labios sin emitir sonidos. Esto retarda mucho el ritmo de lectura y , en muchos casos, provoca inconvenientes de comprensión, ya que el pensamiento, por lo general es más rápido que la verbalización. Un recurso simple para evitar la vocalización es colocar un dedo sobre los labios mientras leemos. Claro que si leemos en grupo, es saludable oírnos unos a otros. En cualquier caso es conveniente que vayas prestando atención a tu forma de lectura. Cuando seas psicopedagoga y afrontes los desafíos de la dificultad en el uso de la lengua, tu propia historia personal en el desarrollo de la oralidad y la escritura te será de gran utilidad.
En los textos que uses para estudiar, además de conocer previamente cómo están estructurados, es muy conveniente identificar lo principal y lo secundario. Es importante, cuando realizas la lectura, la señalización, subrayado, resaltado, o marcado, de los aspectos centrales, y en ellos las palabras claves. Muchas ediciones te ayudan usando negrita o cursiva para indicarte esos aspectos relevantes, pero en otros debes ser vos misma quien realice esa tarea.
Y otro aspecto importante sobre el que brevemente queremos llamar tu atención es que, en la mayoría de los textos, aparecen párrafos conclusivos o a la manera de síntesis que suelen estar al final de cada capítulo o subcapítulo. Hay ediciones que también usan los márgenes para extraer del texto en forma de recuadro o alguna estrategia de diseño semejante, las ideas claves que estructuran el texto. Aunque a veces suelen estar en fuentes más pequeñas, no por eso son menos importantes.
Por último son muy relevantes nuestras propias marcas: probablemente ya tengas una batería de marcas propias (hay quienes utilizan signos como el +, o el = o caritas con distintos gestos, o estrellitas, etc.); son muy prácticas en lo personal, pero no olvides socializarlas si estudias en grupo. Hay quienes también van realizando a lo largo del año un "ranquing" de los mejores textos, mientras los van conociendo (Por ejemplo utilizando el recurso de 5 estrellas, 4 estrellas, etc.) y de esa forma al llegar el momento de preparar el final tienen un organización previa de cuáles han sido los textos que más le agradaron o ayudaron en el proceso durante la cursada.
Tal vez vos también tengas algunas costumbres prácticas para trabajar con los textos, si quieres puedes aprovechar los comentarios de esta entrada para comentárselas a tus compañeras.

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