martes, 7 de junio de 2011

Paradigmas para ver y conocer


A lo largo de la historia, las personas con discapacidades, debieron sufrir grandes discriminaciones, desde las formas despectivas de nombrarlos, el alejarlos de las sociedades, esconderlos, o hasta matarlos por creer que nos son personas “normales”, por creer que no sirven, que son incapaces de hacer nada…

Hoy vemos que la sociedad actual intenta tomar nuevas posturas que no discriminen, pero ¿se cumplirá? Es muy difícil erradicar la discriminación hacia las personas con alguna discapacidad del pensamiento de la gente. Los prejuicios y las concepciones previas no pueden modificarse con leyes.

La discriminación parte desde la mirada de desvalorización que se les da a las personas, su grado de inferioridad, de “incapaz”; y el solo hecho de ser mirado de esta manera genera las primeras distancia, que se convertirán más tarde en marginación y segregación. Se los excluye por su diferencia y sufren más por la mirada social, que por sus propias limitaciones.

Existen dos paradigmas que organizan el pensamiento y las practicas con personas con discapacidades; ambos coherentes a partir del elemento que las crea.

Uno de ellos es el paradigma del DEFICIT, el cual significa “deficiencia en la cantidad o cualidad”; “la falta o el impedimento en una capacidad funcional”; “una desventaja”. Desde este paradigma, la normalidad se establece como mayoría, como convención, o como modelo enunciado por la autoridad (médica, religiosa o legal) y las intervenciones se proponen para compensar, reemplazar, dar lo que falta. La discapacidad suele leerse desde la problemática del tener; pero al esencializar la falta, la discapacidad entra en la problemática del ser y la persona es reducida al ser en falta; lo que la coloca debajo de un techo del cual no se espera que pueda desarrollarse.

El otro paradigma que interviene, es el de LA DIFERENCIA, la cual significa “la calidad o el estado de ser diferente”; “una característica que distingue uno de otro o del promedio”. Diferente proviene del latín diferens, que significa “dos caminos”; entonces desde este paradigma, la discapacidad es una condición cualitativa de un sujeto que “va por otro camino”.

Pensar la discapacidad desde este paradigma requiere de un esfuerzo especial; solicita correrse de la inercia de pensarlos desde la falta; dejar de mirarlos por lo que no tienen y empezar a identificarlos por aquello que pueden, pudieron y podrán. Desde este paradigma, se brinda un apoyo no para compensar una falta, sino brindar la ayuda como cualquier otra persona necesita para vivir como se quiere.

Este cambio de paradigma nos permite dejar de ver a las personas con discapacidades como alguien dependiente de por vida desde todos los aspectos, para comenzar a pensar en una persona que requiere ayuda durante algún tiempo en determinadas áreas.

Y nosotros… ¿Cómo vemos?


Acuña Debora, Agosta Victoria, Catalá Fátima e Ibañez Cintia


Bibliografía: Gonzalez Castañón D. y Aznar A. “¿Son o se hacen?” Novedades educativas cap. 1 y 2. Año 2008

3 comentarios:

María Luz dijo...

¿Cómo se puede hablar de normal o anormal?
Si cada uno de nosotros es un ser integral, formado por la unión sustancial de cuerpo y alma, característica natural que nos hace singulares, nos hace únicos en el mundo entero. Un cuerpo que nos da la posibilidad de expresar el alma, lo mas profundo de nuestro ser, donde están guardadas todas nuestras virtudes y valores, nuestro sentimiento mas intimo, que nos hace ser lo que realmente somos. Un alma que se expresa que quiere decir algo, no importa como lo haga, importa que eso que quiere decir llegue al interior del otro, que lo traspase, que lo sienta con la misma intensidad que uno mismo. Un alma que puede expresarse desde un gesto, una caricia, que te brinde armonía, paz y amor, es un alma que te llena el corazón y la vida, que te abre las puertas hacia un mundo mejor, un mundo de unidad. Un mundo en el que cada ser es único e irrepetible, pero que a su vez nos une, nos iguala en lo mas profundo e intimo que podemos tener, que es este alma que busca expresarse en cada momento y que lo logra a partir del otro que se abre en su inmensidad para escucharla y comprenderla.
Hay que reflexionar y escuchar el alma que cada uno tiene dentro y entender de una vez que todos somos IGUALES… y que todos tenemos en nuestro interior algo para decir y escuchar del otro

Florencia - Luz dijo...

Debemos reflexionar en el aspecto de que todos tenemos una discapacidad en algo o para algo. Algunas personas tienen incapacidad para amar, para creer, para entender y aceptar al otro. Muchas veces es más preocupante una discapacidad como las que hemos nombrado, que a las discapacidades que estamos acostumbrados a identificar como tales. Deberiamos seguir el ejemplo de los niños, quienes no diferencian a las personas por sus capacidades o incapacidades. Lo lamentable es que al crecer la sociedad marca las pautas de lo que se debe considerar como "normal" o "anormal", muchas veces discriminando por un determinando aspecto sin tener en cuenta la esencia de la persona.

Florencia Rodriguez
Luz Mennuto.

Guadalupe y Jesica dijo...

Para comentar este texto decidimos centrarnos en la pregunta que plantea al finalizar el mismo. Queremos desde nuestro lugar responderla.
Para responderla decimos que la idea de discapacidad es errónea, lo que nos hace ver diferente o estar en desventaja frente a otros. Todas la personas tenemos capacidades diferentes dentro de las cuales están incluidas aquellas que nos limitan no solo física y psíquicas. Por las cuales no perdemos el estatus de ser persona y de poder realizarnos en el ámbito social. El mayor problema, entonces, surge de los prejuicios impuestos por la misma sociedad, estos prejuicios y discriminaciones deben ser erradicados de la sociedad para que todos podamos vivir en una EQUIDAD SOCIAL.