lunes, 3 de diciembre de 2007

¿Adolescentes?


- Profesor, yo soy estudiante del Nivel Superior, pero todavía estoy transitando por mi adolescencia, ¿por qué todos me tratan ya como un adulto? - me preguntó no hace mucho una muy buen alumna de dieciocho años, mientras tratábamos en clase la relación escuela - mundo adolescente.

Ella provenía de una familia de escasos recursos, pero gracias a sus buenas notas en el colegio secundario había logrado una beca en el programa "Elegir la docencia", y ya estaba terminando su primer año de la formación de grado.

Una tarde salí en bicicleta y pasé frente a su casa, donde vivía con siete hermanitos menores que ella. La casa tenía dos habitaciones, quedaba sobre calle de tierra y el agua potable la traían de una canilla comunitaria de la esquina de la manzana. Quedaba a mas de cuarenta cuadras del Instituto donde cursaba sus materias. Concurría a pie, no tenía bicicleta; le habían robado ya dos. La generosidad de su mamá me permitió tomar unos mates en el banco que, bajo la sombra de un nogal, existía en el patio del hogar.

Aquella visita me permitió comprender por qué "Clarita" (el nombre es ficticio) se había apropiado tan bien del concepto de resiliencia, cuando lo pusimos a consideración en los encuentros presenciales.

No sé, si le quedó claro que el origen de la plabra es latino (resilere), que ese origen hace referencia a la capacidad de los metales de volver a su estado original, después de ser sometidos a muy altas temperaturas. Sólo recuerdo que cuando se presentó a la integración final eligió ese tema y definió la resiliencia como "el conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos que posibilitan tener una vida sana viviendo en un medio insano". Puso de manifiesto que "la resiliencia ni se tiene, ni se adquiere naturalmente en el desarrollo, sino que depende de la relación de la persona con las demas personas"; y recuerdo que Clarita me habló de la importancia de su familia, su papá - obrero de la construcción, en ese momento desocupado - , su mamá, que se daba tiempo para criar sus ocho hijos y "planchaba para afuera"; y su abuela, que viuda, vivía también con ellos.

- Profe, yo me quiero recibir, para trabajar y ayudar a mis hermanos a que también puedan terminar el secundario y seguir estudiando como yo - me dijo aquella ¿adolescente?, que hoy debe estar dando sus primeros pasos en las aulas de alguna escuela.
Espero que esta vivencia te permita trabajar la bibliografía sugerida desde una perspectiva vital. Sería bueno que, después de hacerlo, dejes tu comentarios.
Para profundizar el tema puedes consultar el siguiente sitio: http://www.consultoranexo.com.ar/

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