domingo, 4 de julio de 2010

Psicopedagogía: Un campo de trabajo amplio

Cómo afrontar un paso complejoPara poder disfrutar de la jubilación, hay que prepararse Suele durar seis meses, como mínimo, la adaptación a la vida sin obligaciones laborales
lanacion.com | Ciencia/Salud | Domingo 4 de julio de 2010

5 comentarios:

Antonella Diaz dijo...

El artículo me pareció interesante porque da cuenta de las fases por cuales pasan las personas mayores cuando se jubilan. Es un gran cambio el de pasar de una vida laboral a otra donde el trabajo ya no es lo algo primordial. Este tema es importante ya que la psicopedagogia, al ser una disciplina relativamente nueva, va descubriendo nuevos campos de práctica.

Unknown dijo...

Mas allá de los datos que presenta la nota, creo que es muy interesante destacar el alcance del saber psicopedagógico a diferentes ámbitos mas allá de lo educativo o clínico.
Hoy en día, con motivo de un trabajo que estoy realizando para el espacio "Seminario de Tesis", me enfrento a la tarea de pensar la tercera (o cuarta)edad desde una perspectiva psicopedagógica. Teniendo presente la idea de aprendizaje como un proceso continuo, no lineal y que se da desde que nacemos hasta que morimos, entiendo la etapa posterior a la jubilación como un momento muy aprovechable para el aprendizaje. Si bien las características del aprendizaje adulto son diferentes a las de los niños, estas no deberían resultar un obstáculo para aprender.
Desde esta perspectiva, creo que es muy importante que desde la psicopedagogía, se abran nuevos caminos para el pensar la etapa post-jubilación como un momento mas que propicio, no sólo para aprender, sino para enseñar. La disponibilidad de tiempo se presenta como una variable muy importante para poder incursionar en nuevas experiencias de enseñanza y aprendizaje, relegadas quizás en momentos de plenitud laboral. Allí, es donde la psicopedagogía debe abrir espacios que motiven, insentiven y faciliten estos procesos, tal como lo hace en las etapas de infancia y adolescencia. Esto podrá, además, cambiar la idea de "persona mayor" indefectiblemente asociada a la pasividad, improductividad, enfermedad, etc.

Lucía Escribal
4º año, Psicopedagogía.
Instituto Santo Tomás de Aquino.

Unknown dijo...

El artículo es interesante y hace mucho hincapié en que hay que prepararse y me parece excelente, pero considero que la sociedad también tiene que prepararse, tiene que cambiar la forma de pensar y tratar al “anciano”
La jubilación marca una etapa impórtate en la vida de los sujetos, produce un cambio radical en ella, pasan de ser un sujeto activo, a ser un sujeto pasivo, por supuesto que no hay que generalizar, pero a grandes rasgos es lo que sucede.
La tercera y cuarta Edad constituye una etapa de la vida muy influenciada, más bien determinada por la opinión social, por la cultura donde se desenvuelve el anciano. Hasta hoy día la cultura, de una forma u otra, tiende mayoritariamente a estimular para la vejez el sentimiento de soledad y segregación. Se dice que el anciano rechaza lo nuevo, cuando es en realidad la sociedad quien los aparta, es así como se les pone límites para el ingreso a diferentes actividades (logrando su pasividad).
Considero que la sociedad tiene que cambiar su forma de ver, y nuestro rol como Psicopedagogas debe hacer hincapié en eso, se tiene que crear situaciones en las que el “anciano” sea integrado, debemos lograr la participación activa, tenemos que empezar a verlo por lo que es: un sujeto lleno de sabiduría donde nos podemos refugiar y aprender.
Tenemos que pensar que lugar le da la sociedad al “anciano” desde que llega a la edad jubilatoria en adelante.

SAFREITER; LUCIANA
4º año Psicopedagogía
Santo Tomas de Aquino

Luciana Lugüercio dijo...

El artículo me resultó muy interesante, fundamentalmente porque considero que funciona como herramienta para dar a conocer la amplitud del campo psicopedagógico, y por ende la diversidad de ayudas que como psicopedagogos podemos brindar a la sociedad.
Desde el imaginario social, se suele relacionar la Psicopedagogía al trabajo con niños en edad escolar, concepción en la cual subyace una idea de aprendizaje acotada, reducida a los conocimientos escolares o académicos. Pero cabe aclarar que desde nuestra formación apuntamos a un aprendizaje entendido como un proceso continuo, que se da a lo largo de toda la vida, incluyendo aprendizajes tanto sistemáticos como asistemáticos (como también lo define mi compañera Lucia Escribal). Razón por la cual el trabajo psicopedagógico en la vejez, y como menciona el artículo, en el momento de la jubilación, se hace necesario, no solo para ayudar a superar esa etapa del ciclo vital (lo cual implica un aprendizaje), que para algunos suele resultar crítica, sino también para promover e incentivar el desarrollo de otras actividades, diferentes a las laborales, pero igual o más placenteras. De esta manera trabajar sobre la autoestima de los adultos jubilados.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que la llegada de la jubilación no es una situación que se presenta de forma aislada en el sujeto, sino que muchas veces se encuentra acompañada por deterioros físicos. Estos si bien pueden presentarse como obstáculos en el trabajo psicopedagógico, queda en nosotros como profesionales, saber hacer uso de diversas herramientas para evitar que se nos presenten como tal.
Por último y volviendo un poco al imaginario social de la Psicopedagogía, considero que es responsabilidad nuestra, los profesionales en esta área, dar a conocer los alcances de nuestra disciplina, abriendo así nuevos campos laborales.

Luciana Lugüercio
4to de Psicopedagogía
Instituto Superior Santo Tomás de Aquino de Azul

Luciana Lugüercio dijo...

El artículo me resultó muy interesante, fundamentalmente porque considero que funciona como herramienta para dar a conocer la amplitud del campo psicopedagógico, y por ende la diversidad de ayudas que como psicopedagogos podemos brindar a la sociedad.
Desde el imaginario social, se suele relacionar la Psicopedagogía al trabajo con niños en edad escolar, concepción en la cual subyace una idea de aprendizaje acotada, reducida a los conocimientos escolares o académicos. Pero cabe aclarar que desde nuestra formación apuntamos a un aprendizaje entendido como un proceso continuo, que se da a lo largo de toda la vida, incluyendo aprendizajes tanto sistemáticos como asistemáticos (como también lo define mi compañera Lucia Escribal). Razón por la cual el trabajo psicopedagógico en la vejez, y como menciona el artículo, en el momento de la jubilación, se hace necesario, no solo para ayudar a superar esa etapa del ciclo vital (lo cual implica un aprendizaje), que para algunos suele resultar crítica, sino también para promover e incentivar el desarrollo de otras actividades, diferentes a las laborales, pero igual o más placenteras. De esta manera trabajar sobre la autoestima de los adultos jubilados.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que la llegada de la jubilación no es una situación que se presenta de forma aislada en el sujeto, sino que muchas veces se encuentra acompañada por deterioros físicos. Estos si bien pueden presentarse como obstáculos en el trabajo psicopedagógico, queda en nosotros como profesionales, saber hacer uso de diversas herramientas para evitar que se nos presenten como tal.
Por último y volviendo un poco al imaginario social de la Psicopedagogía, considero que es responsabilidad nuestra, los profesionales en esta área, dar a conocer los alcances de nuestra disciplina, abriendo así nuevos campos laborales.

Luciana Lugüercio
4to de Psicopedagogía
Instituto Superior Santo Tomás de Aquino de Azul