LA ESCUELA COMUN Y LA DISCAPACIDAD:
Durante varios años, las propuestas educativas para las personas con discapacidad han tomado diversas formas según fuera el momento por el que atravesaba el país y el sistema educativo de pertenencia.
En argentina hubo dos sistemas que trabajaron en forma aislada e independiente: el común, para alojar a la mayoría de la población, y el especial, destinados a los alumnos con discapacidad.
A partir de la sanción de la ley de Educación 26.206, publicada en el año 2006, se empieza a materializar y hablar de un sistema educativo de carácter inclusivo. La misma ley en su art.11 expone como uno de sus objetivos el “brindar a las personas con discapacidades, temporales o permanentes, una propuesta pedagógica que les permita el máximo desarrollo de sus posibilidades, la integración y el pleno ejercicio de sus derechos”.
Tal acción se fundamenta en el reconocimiento de la diversidad como constitutiva de la sociedad, de la escuela y de sus protagonistas, según la cual se afirma en que lo común es lo diverso. Sólo en los casos en que un alumno que posea necesidades especiales que revistan una complejidad a la que no pueda dar respuesta el servicio ordinario, se propone su escolarización en Escuelas Especiales.
Desde esta perspectiva y este nuevo sistema, no basta solo con incluir al alumno, sino que resulta necesario principalmente integrarlo. La integración, es entendida aquí, como un proceso institucional proyectado en cada sujeto de aprendizaje, con intervención profesional.
Es por ello que resulta difícil esta tarea, no solo se trata de otorgarle al niño la posibilidad de asistir a una escuela común, sino que es necesario integrar al mismo desde sus particularidades, donde exista una escuela que no solo aloje al niño, sino que lo acompañe y sostenga en su paso por la escolaridad.
Cuando hablamos de integración es necesario destacar aquí, la importancia que posee la mirada desde la cual, la Escuela recibe a los niños con discapacidades. Acerca de la complejidad de este tema, nos parece interesante y esclarecedora, la posición de la Lic. Norma Filidoro, quien nos advierte sobre la ardua tarea que toda Institución Educativa debería realizar para que la inclusión se lleve a cabo. La Escuela es aquella encargada de ofrecer al niño un lugar en el que mirarse y le da la posibilidad de hacer obra en la que quedar representado. Su importancia radica en su percepción acerca del otro, el espejo en el que el niño se mira es fundamentalmente la mirada del otro, la cual va a ser constitutiva de su subjetividad.
Durante varios años, las propuestas educativas para las personas con discapacidad han tomado diversas formas según fuera el momento por el que atravesaba el país y el sistema educativo de pertenencia.
En argentina hubo dos sistemas que trabajaron en forma aislada e independiente: el común, para alojar a la mayoría de la población, y el especial, destinados a los alumnos con discapacidad.
A partir de la sanción de la ley de Educación 26.206, publicada en el año 2006, se empieza a materializar y hablar de un sistema educativo de carácter inclusivo. La misma ley en su art.11 expone como uno de sus objetivos el “brindar a las personas con discapacidades, temporales o permanentes, una propuesta pedagógica que les permita el máximo desarrollo de sus posibilidades, la integración y el pleno ejercicio de sus derechos”.
Tal acción se fundamenta en el reconocimiento de la diversidad como constitutiva de la sociedad, de la escuela y de sus protagonistas, según la cual se afirma en que lo común es lo diverso. Sólo en los casos en que un alumno que posea necesidades especiales que revistan una complejidad a la que no pueda dar respuesta el servicio ordinario, se propone su escolarización en Escuelas Especiales.
Desde esta perspectiva y este nuevo sistema, no basta solo con incluir al alumno, sino que resulta necesario principalmente integrarlo. La integración, es entendida aquí, como un proceso institucional proyectado en cada sujeto de aprendizaje, con intervención profesional.
Es por ello que resulta difícil esta tarea, no solo se trata de otorgarle al niño la posibilidad de asistir a una escuela común, sino que es necesario integrar al mismo desde sus particularidades, donde exista una escuela que no solo aloje al niño, sino que lo acompañe y sostenga en su paso por la escolaridad.
Cuando hablamos de integración es necesario destacar aquí, la importancia que posee la mirada desde la cual, la Escuela recibe a los niños con discapacidades. Acerca de la complejidad de este tema, nos parece interesante y esclarecedora, la posición de la Lic. Norma Filidoro, quien nos advierte sobre la ardua tarea que toda Institución Educativa debería realizar para que la inclusión se lleve a cabo. La Escuela es aquella encargada de ofrecer al niño un lugar en el que mirarse y le da la posibilidad de hacer obra en la que quedar representado. Su importancia radica en su percepción acerca del otro, el espejo en el que el niño se mira es fundamentalmente la mirada del otro, la cual va a ser constitutiva de su subjetividad.
La escuela incluye cuando hace operar sobre el niño la función constituyente que le es propia. Instituir subjetividad quiere decir constituir a ese niño como ser humano y como sujeto social, como semejante y como diferente.
Es por ello que una escuela es inclusiva cuando puede recibir al niño en un lugar vacio. Lugar en la que el niño advendrá alumno en la medida que se apropie desde su singularidad, de los modos de ser y estar.
No se trata de incluir, ocupar un lugar,
Sino de Integrar darle un lugar a la historia singular de los sujetos
Por lo que nos preguntamos
¿Hoy las escuelas están preparadas para esta tarea?
Sino de Integrar darle un lugar a la historia singular de los sujetos
Por lo que nos preguntamos
¿Hoy las escuelas están preparadas para esta tarea?
Bibliografia: Filidoro, Norma. "Nuevas Formas de exclusión". En: Educación especial. Inclusión educativa. Nuevas formas de exclusión. Ed. Novedades educativas, Buenos Aires, 2003.
www.elcisne.org
Cintia,Romina,Paula,María
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