
Cuando miras
hacia
el horizonte
tu mirada se extiende y tu alma se distiende. Siempre es un sano ejercicio salir asiduamente de las ciudades en las que vivimos hacia lugares donde nuestra mirada pueda extenderse en la búsqueda del horizonte. Cuando viajas hacia el Instituto tu mirada puede alargarse por la ventanilla porque la llanura pampeana se muestra para que la recorramos suavemente. Sus ondulaciones invitan a que nos animemos a dar un paseo visual hacia lo profundo.Y cuando cerca del poniente está el sol, mas se extiende nuestra sombra, como indicándonos que para alcanzar el horizonte, no debemos olvidarnos de nuestros orígenes.
Algo semejante sucede con las palabras: para apreciar en el presente su proyección comunicativa la luz de nuestra inteligencia debe extender su sombra hasta los orígenes. Con ello colabora la tarea de filólogos y pensadores que nos acercan las etimologías de las palabras. Por eso se puede afirmar que existe un "principio etimológico" que "...nos devuelve la fuerza elemental, gastada con el largo uso, de las palabras originarias, a las que es menester regresar para recuperar su sentido auténtico, la arkhé, que es, como diría Zubiri, no lo arcaico por el mero hecho de serlo, sino por lo que tiene de árquico. La etimología nos da, pues, y por de pronto, la autenticidad de la palabra originaria; pero también, a través de ella, la auténtica realidad (lo cual no quiere decir, naturalmente, que nos dé toda la realidad)..." (1).
Y como en nuestros encuentros presenciales realizamos una aproximación a las teorías y modelos de la personalidad que nos ayudan a la comprensión de las personas intervinientes en todo acto educativo, es bueno que nos detengamos, aunque mas no sea brevemente en el origen del término.
Así es como en el origen de la palabra personalidad encontramos el término latino "personare", que significa "resonar a través de algo", puesto que los latinos lo tomaron del griego "prosopon", esa máscara o rostro que se usa en el teatro griego para poder escuchar a los artistas en los anfiteatros, y que probablemente hayas visto colgadas de adorno en alguna casa o graficando algún afiche de una obra teatral. Otro término latino se relaciona a éste origen: perisoma, que es algo así como "lo que rodea el cuerpo, incluída la ropa".
Similares orígenes encontramos en la expresión "Per se unum" que se refiere a la unidad sintética de algo, y en Uno a um, que significa, lo único, lo singular, lo original.
También el término personalidad hay que rastrearlo en su relación con el término latino phersum, que al igual que speculum, significa espejo. ¿Será por eso que la personalidad de los padres se ve como en un espejo en la de los hijos?.
En estos cuatro años de tu formación de grado irás comprendiendo paso a paso la importancia de atender a los rasgos de cada personalidad para afrontar los desafíos que presenta el aprendizaje, y para ello será necesario atender integralmente a la persona, a sus aspectos internos y externos, en tanto que, como describe el autor que nos ayuda en nuestra bibliografía para la comprensión de estos temas "...la personalidad es una estructura organizada y sintética, en movimiento, que abarca el cuerpo, la fisiología, el patrimonio psicológico y las vertientes social, cultural y espiritual. Se trata pues, de una complicada matriz que deambula entre las disposiciones biológicas y el aprendizaje, y que da lugar a una serie de conductas manifiestas y encubiertas, públicas y privadas, externas e internas, ostensibles y ocultas que nutren la forma de ser." (2)
Quizás puedas y quieras contarnos algo de tu propia personalidad, para que nos vayamos conociendo; o tal vez quieras describirnos alguna personalidad que resulte o haya resultado significativa para tu vida, y que quieras compartir con nosotros. Algo de eso voy a hacer yo también en los comentarios a esta entrada.
(1) Aranguren José L., Ética, Alianza Universidad, Madrid, 1983, pag. 19
(2)